Apuntes para el borrador de un Manifiesto
No creemos ser artistas “después del arte “.
No suscribimos y rechazamos el análisis de Arthur Danto acerca del fin de la historia del arte, no asignamos a las Brillo Box de Warhol más valor que el de un evento complementario en el debate estético del arte en el Occidente.
No nos identificamos con la premisa de indescernibilidad del objeto artístico a partir del Pop y menos con su conclusión de que cualquier objeto o cosa puede ser arte.
Entendemos y respetamos el valor histórico de la obra de M. Duchamp y sus ready made en cuanto gesto político y estético de alcance histórico, pero consideramos que su repetición constante bajo múltiples ropajes no excede los límites de un plagio aburridor donde la imitación del gesto o actitud ( que es el único valor de la obra, además de la obra en sí, ya que el objeto escogido no es el tema sino que un mero pretexto, el tema y único valor de la obra es el
Acto ), revela la no comprensión ni sentido de su propuesta.
Entendemos así que el conceptualismo no viene a confirmarnos el fin del arte tal como lo conocimos, sino la de su básica falta de ideas y capacidad para enfrentar la desesperante y abrumadora exigencia por lo novedoso que nos impone el mercado y sus herramientas : la crítica e instituciones.
Rechazamos el histérico culto a la novedad que es hoy principio rector de parte de la crítica y directores de salas e instituciones.
Rechazamos el uso abusivo y frívolo de lo “ social “ que hace hoy la autoridad estética al evaluar obras, abuso que termina por manifestarse como un tic enervante de la moda de la que aparentemente no es posible apartarse sin caer quien sabe en que abismos ideológicos …
Percibimos que la escena de las artes visuales está contaminada por algunas viciosas confusiones de frívola superficialidad que permiten sea ésta habitada por quienes confunden ocurrencia y trasgresión con arte.
La ocupación de espacios en la escena cultural del país por una pequeña pero ruidosa turba de saltimbanquis, cuando no advenidizos e inescrupulosos auto-decretados artistas visuales , generan desazón en el público avisado y distanciamiento en el profano, finalmente aportando al empobrecimiento general.
No objetamos ni cuestionamos la libertad de la adolescencia para adolecer, por el contrario la aplaudimos con alegría, pero su frescura irreverente por sí sola entendemos no son pasaporte suficiente para legitimar limitación, facilismo ni miseria intelectual.
En este autobús de pasajeros sin boleto, intrusos en la escena de las artes visuales además de jóvenes, encontramos mimetizados varios mayores escondiendo mediocridad comprobada en ropaje ajeno.
Entendemos que la autoridad estética , crítica, directores de salas etc. tienen un rol protagónico que cumplir en la limitación del caos. Si por años consiguieron defender los espacios de exhibición de la baja calidad en la pintura realista y abstracta de caballete , porque ante la avalancha de ocurrentes, ingeniosos, instaladores y video artistas de raquítica o nula formación pero exuberante ligereza e impertinente ausencia de autocrítica, no existe el mismo celo ?
Proponemos a la micro turba de falsos profetas dejen por un momento la bocina y el altavoz y retornen al estudio juicioso del arte y a los abandonados por la musas y el talento, que consideren oficios alternativos.
Recordamos a la autoridad estética lo que ya sabe : existen caminos para la vanguardia fuera y en contra de las modas, la sacralización indiscriminada de lo novedoso inevitablemente conduce al bochorno .
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